Estoy de vuelta

Otro Verano más de mi vida en Algarrobo (como lo escribí en la entrada anterior) pero desde hace un par de años que es acompañado por mi marido (JF), y eso hace que sea mucho más entretenido. En general estas dos semanas se hicieron cortas y no muy amenas, hicimos un par de paseos, fuimos a pecar, aunque JF no pesco nada interesante (solo una pulgita de mar), anduvimos en bicicleta, a veces jugamos en las noches canastas, pude también al fin terminar de bordar mi alfombra que llevo pufffff como 10 años..... (aunque debo reconocer que durante el año la dejaba mil veces olvidada).



Lo mas entretenido fue que logramos entrar (colarnos) a San Alfonso del Mar (el mall de las vacaciones), un exclusivo "Resort" donde hay una enorme laguna con agua de mar, jacuzis, piscinas temperadas, gimnasio, playas artificiales con palmeras, en resumen se parace a "un pedaso de Miami en Chile". El objetivo de entrar era poder conocer el acuario- ya que no dejan entrar a nadie que no sea propietario -. Desde que lo inauguraron hace unos dos años que queríamos ir a conocerlo, pero como no nos dejaban entrar, planeamos una visita al departamento piloto y luego logramos con algunas artimañas entrar a los jardines (a pesar que tengo dos amigas que tienen departamentos ahí, con la autorización de una de ellas habría sido mas fácil entrar , pero como nunca las he ido a visitar allá, no quise abusar de ellas.), pero así fue mas emocionante. Pude sacar algunas fotos en el acuario con mi celular, no son de buena calidad, pero aquí están:

El viernes 16 nos despertamos a las 7:30 AM con una fuerte lluvia que se escuchaba golpear el techo de la casa de madera, que increíble lluvia, como si fuera invierno. La sorpresa fue enterarme que también llovió en Santiago y allá los pillo desprevenidos, ya que comenzó como a las 10:00 AM cuando la gente ya andaba en chalas y polera por las calles.

Fueron unas cortas vacaciones, con muchos días nublados y poco sol, pero como es típico, justo el día que nos teníamos que volver, el sol salio en si máximo explendor y no daban ganas de volver a Santiago.