Una critica a las noches de bohemia

El sábado pasado estábamos invitados al cumpleaños de un amigo de infancia de mi marido, que lo celebraría en un pub del barrio Bellavista.

Yo no tenía ganas de ir porque suponía como sería el ambiente, pero mi marido quería saludar a sus antiguos amigos que no veía hace mucho tiempo.

No me quedó más remedio que acompañarlo - digo no me quedó más remedio ya que además de no querer ir ya que sabía que me aburriría como ostra, no quería dejarlo solo a merced de las tentaciones nocturnas (je) y ojo que no soy celosa!! ... pero tampoco tonta!!! ... -

Partimos a Bellavista pasado la una de la madrugada (ya que antes habíamos invitado a comer a nuestro departamento a mi cuñado con su señora y teníamos que cumplir con la invitación).

Cuando llegamos al supuesto Pub ... si es que se le puede decir "pub" ... entramos a un especie de sucúcho, con una música horrorosa que apenas se podía hablar. Al lugar se entraba por un pasillo largo que derivaba en varios recintos donde habían uno que otro banco incomodo donde sentarse, cada recinto pintado de diferentes colores, con unos cuadros modernos a mi parecer, no muy buenos. Toda la gente estaba parada conversando (o gritando mas bien), nadie bailaba (parece que ahora bailar es perno), lo único que hacían era fumar y tomar alcohol (aquí en chile decimos "Chupar").

No entiendo que sentido tenía celebrar un cumpleaños en un lugar que en vez de pub parece un "Antro", donde no se puede compartir con el cumpleañero, te arden los ojos, se te seca la garganta, quedas sordo por la música y en general las mujeres conversan con las mujeres y los hombres con los hambres (así como era en los ochenta las fiestas cuando uno cumplía 12 años).

Al final con mi marido nos aburrimos , no duramos más de media hora y nos fuimos (no se si es por el ambiente o porque ya estamos viejos). Lo único simpático fue que cuando se nos secó la garganta con el humo, nos acercamos a comprar una agua minera al bar (que sanos), y la persona que antedía (y dueña del local) era una antigua amiga de colegio, al reconocerme se alegró de verme y nos regaló el agua mineral. Por este agradable encuentro, prefiero no decir el nombre del pub (y dejarlo como "El Antro"). Para no perjudicar a mi amiga que a pesar de todo, creo que ella y su marido (muy trabajadores) se ganan la vida en un muy buen negocio. Si la gente esta dispuesta a intoxicarse es poroblema de los que le gusten hacerlo. Debo decir que a pesar que a nosotros no nos gustó, el local estaba lleno.

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