Le quiero contar que he tenido una experiencia que jamás pensé me podría pasar. Desde el 13 de Agosto me encontraba en Playa del Carmen (México) en la península de Yucatán, lo estábamos pasando muy bien, puedo decirles que esa zona es maravillosa, un clima privilegiado, naturaleza majestuosa, preciosas playas y cálidas aguas. Todo era perfecto, pero cuando nos dimos cuenta que le Huracán Dean pasaría por esta zona, nos dio una sensación de impotencia y curiosidad.
A medida que se acercaba el suceso pudimos darnos cuenta como preparaban todo los recintos para la llegada de Deam, en el hotel donde estábamos (Sandos Caracol Beach - muy bueno y bonito), comenzaron por poner en los vidrios tape en forma de X para protegerlos, sacaron todos los faroles y apliques de los edificios, amarraron las grandes y maravillosas lamparas de fierro forjado que hay en en lobby y los restaurante, sacaron todos las sillas, mesas y bancos. En la playa amarraron las palmeras y le sacaron los cocos (ya que pueden ser potentes proyectiles), limpiaron la playa de todo tipo de materiales que puedan ser lanzados por el viento, apilaron las tumbonas para guardarlas. El hotel organizó muy bien a los huéspedes que se quedarían durante el huracán y siempre nos mantuvieron muy informados.
La gente estaba muy asustada, y muchisimos de los turista hacía todo lo posible para adelantar sus vuelos. Nosotros gracias a una increíble surte teníamos fijado nuestro vuelo de regreso para el día lunes 20 de Agosto a las 2:20 pm., tenía miedo que cerraran el aeropuerto de Cancún antes de esa hora, pero no fue así, y pudimos salir de la zona antes de la llegada del huracán.
Cuando llegué a mi casa en Chile, aproximadamente a las 5:00 am encendí la televisión para poder ver las noticias, y el huracán Dean ya había azotado con furia las costas del Caribe mexicano y atravesaba con fuertes vientos y lluvias torrenciales la Península de Yucatán. El ojo fué en Chetumal, y llegó con una intensidad de categoría 5 (la máxima), con vientos sostenidos de 250 kilómetros por hora y rachas de hasta 300 kilómetros, sin afectar de manera directa la zona turística de Cancún, donde hubo fuertes vientos y lluvia. Fue increíble poder ver el huracán atreves de CNN y darme cuenta que nos libramos por muy poco de pasar un buen susto. (o mirándolo desde otro punto de vista, tal vez nos perdimos la posibilidad de tener una nueva y adrenalínica experiencia).